LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN EL CONTEXTO CUBANO.
Introducción
Alumnos de la IE SAA Callao
“El arte y el hombre son indisociables. No hay arte sin hombre,
pero quizá tampoco hombre, sin arte“ René Huyghe
El arte como uno de los pilares del desarrollo cultural del hombre, es por donde convergen tanto las características individuales y sociales como las propias del medio cultural en que se desenvuelven las personas y las comunidades, se convierte en el indicador esencial del grado de avance al que han llegado los pueblos. En ellas, el saber y nuestra comprensión del mundo tienen lugar gracias a la actividad cognitiva del sujeto, cuya experiencia inmediata incluye elementos de la experiencia pasada. En estos procesos internos participan también las representaciones sociales configuradas a través de las realizaciones atesoradas en la historia cultural.
En todo caso, vale preguntarse si una educación basada exclusivamente en estos aspectos no puede haber contribuido a la construcción de una imagen social de la Educación Artística que no ha logrado consolidar su fin indispensable: la de formar en competencias tan necesarias para comprender los múltiples significados de los discursos que hablan de nuestras realidades y del mundo. La cuestión de fondo es preguntarse si los objetivos que perseguimos con la realización de las actividades guardan relación con la finalidad de la Educación Artística.
Así, tanto las ciencias como las artes se definen, en parte, por marcos colectivos de referencia y estos son los que inciden para que la realidad asuma múltiples significados en los diversos grupos sociales. Por otro lado, los discursos artísticos han sido interpretados de un modo particular en el pasado y ellos atraviesan nuestras prácticas contemporáneas, nuestra formación y nuestros modos de construir el conocimiento.
Desarrollo
Históricamente la Educación Artística ha ocupado un lugar periférico en los diseños curriculares en relación con las áreas consideradas centrales; un espacio dedicado en algunos casos al ocio, al entretenimiento, a la libre expresión de emociones y sensaciones. Algunos intentos de revalorización le adjudicaron funciones de naturaleza terapéutica y de apoyo a las asignaturas "relevantes"; otros le destinaron un lugar para el desarrollo creativo o la motricidad fina.
En la práctica actual la Educación artística, ha asumido diferentes sentidos, propósitos y finalidades en la escuela sustentadas en ideologías estético - pedagógicas identificables que pueden resumirse como: el espacio educativo que permite desarrollar la creatividad individual, facilita ocasiones para el esparcimiento y el buen uso del tiempo libre, ofreciendo herramientas para optimizar las elecciones recreativas de los individuos, desarrolla aspectos emocionales y afectivos de los individuos, brindando a los alumnos un espacio para la autoexpresión. Además es considerada un área que apoya a las asignaturas académicas del currículum escolar, generando un estado de distensión en respuesta a la exigencia institucional sobre esas asignaturas en el mejor de los casos, ayudando a los alumnos a comprender mejor los contenidos de dichas materias.
La función esencial de la educación es conferir a todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos y de imaginación que necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud y seguir siendo artífices, en la medida posible, de su destino, contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual y espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones, de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismos qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida. Pensando de esta forma debemos educar para la vida.
Desde la perspectiva escolar, como fundamento teórico del Área Artística, podemos tomar a la “Educación por el Arte.”, teoría sustentada por Herbert Read [2], que propone no hacer de todos los individuos artistas, sino acercarles los lenguajes de las disciplinas artísticas que les permitan nuevos y distintos modos de comunicación y expresión, desarrollando las competencias individuales interrelacionadas con lo social, a través de la sensibilización, la experimentación, la imaginación, y la creatividad.
A partir de los postulados de Read, inspirados en las ideas sobre la problemática de la educación y arte de Platón, se desarrolló una línea de educación por el arte que rescataría precisamente las dos dimensiones antes señaladas, interpersonal - percepción estética- e intrapersonal -creación artística-; ambas operando sobre seis aspectos de la educación estética: visual, plástico, musical, cinético, verbal y constructivo, a través de la autoexpresión, observación y apreciación.
Siguiendo la trayectoria de Read, Elliot Eisner estudia y reformula el vínculo entre educación y arte, destacando, entre otras cosas, el rol de la enseñanza artística como un medio para potenciar el desarrollo del pensamiento y actitud creativa, al presentarse en el proceso de expresión y representación la posibilidad de múltiples caminos y soluciones; en consecuencia, la diversidad de productos y resultados. Quizás por este motivo, existe la tendencia a asociar el éxito de la enseñanza artística con la producción de obras originales, sin embargo, el valor del pensamiento creativo va más allá de la originalidad de la obra en un contexto determinado, su importancia deriva en la actitud del creador, en el proceso creativo en el que se enfrenta la producción.
Elliot Eisner[3], ha señalado al menos dos tendencias básicas: la primera definida como intrínseca, que la define como valor del arte en sí mismo, y la extrínseca, que utiliza al arte con diferentes modalidades. Nos inclinamos esencialmente por la primera tendencia ya que el arte como la ciencia, es una manera de entender al mundo y su cultura, aunque también, desarrolla un papel clave en la búsqueda de una mayor socialización, el desarrollo de habilidades psicomotoras, perceptivas, el lenguaje verbal y fines terapéuticos, y tros relacionados con la integración de la personalidad. Vale la pena considerar que, la base de dicha educación tiene que ser la experiencia y el ejercicio de la expresión, no sólo de la información.
En Septiembre de 2004, en el Marco de la AER (Asamblea de Regiones de Europa), celebrada en Dún Laoghaire-Rathdown (Irlanda), la Tercera Conferencia de Ministros Regionales de Educación y Cultura, el director de la UESCO elaboro el informe titulado “¿Qué lugar para las artes en educación? Hacia un nuevo modelo pedagógico basado en la creatividad y la participación”. Este documento subraya la importancia de todas las formas de arte en los procesos formativos y hace propuestas concretas sobre cómo lograr un nuevo equilibrio entre las consideraciones económicas y la realización de las personas. Sobre las premisas de la Declaración de Budapest (2003) de la AER la Conferencia se centra en un nuevo paradigma educativo que reafirma el papel de las artes en la educación más allá de consideraciones utilitaristas.
Estás ideas, coinciden con los criterios que son abordado durante la preparatoria de la Conferencia Mundial sobre la Educación Artística en Lisboa Marzo 2006, realizada en cada región (Asía y Pacifico, Caribes, Europa y América del Norte, América Latina y el Caribe) Conferencias donde se plantearon aportes y recomendaciones.
En primer lugar trabajar el tema de la educación artística desde una concepción de "cultura" como motor para desarrollar capacidades, sensibilidades e inclusión social. Se trata de asumir el arte como lenguaje y como forma de con cimiento del mundo, aunque ese con cimiento sea diferente y múltiple. Se trata del uso de los lenguajes artístico para fines de iniciación, sensibilización, expresión y apreciación estética.
Esto permite plantear que la educación artística transforma en la medida en que se acerca a la vida cotidiana y adquiere significad para quien la ejerce. Sólo en esa dimensión el arte transforma. Por esto, la educación artística por sí misma, puesta de manera marginal en el contexto de la escuela tradicional, no podrá remontar la rigidez con que se prepara al estudiante. Tampoco lo hará si se inscribe en una perspectiva formal y racionalista, alejada de la experiencia. A su vez, no generará lo deseado si se asume como acercamiento de carácter estrictamente técnico, en el sentid de la técnica específica para el manejo de una disciplina. Queda claro que la escuela básica no forma ejecutantes de arte (músicos, bailarines y artistas plásticos) porque esa no es su finalidad, pero sí niños y jóvenes con inteligencias múltiples, con capacidad expresiva, sensibilidad e imaginación, conscientes de su potencialidad y capaces de acercarse a los diferentes lenguajes artísticos.
En este sentido se puede considerar al Arte como un medio específico de conocimiento[4], ya que nos permite conocer, analizar e interpretar, producciones estéticamente comunicables mediante los diferentes lenguajes simbólicos (corporales, sonoros, visuales, dramáticos, literarios), y es aquí, por lo tanto, donde entran en juego los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por consiguiente el arte pertenece a la esfera funcional del sujeto, está estrechamente vinculada con sus necesidades, es un medio ideal para expresar y conservar la experiencia social, las impresiones, semejantes a las experimentadas en la realidad; cumple múltiples funciones, que han sido abordadas por diversos autores que expresan diferentes criterios, esto se debe a que en la medida que se va penetrando y avanzando en el conocimiento del arte y de sí mismo el sujeto va descubriendo las potencialidades del arte.
Una reciente investigación desarrollada en los Estados Unidos concluía diciendo "...a menudo las artes se consideran como adornos, o como actividades extracurriculares, y a la hora de efectuar cortes presupuestarios, entre los primeros que lo padecen se encuentran los cursos o profesores de educación artística" (Gardner y Grunbaum, 1986).
Entre las funciones del arte que se consideran más generales están: la comunicativa, educativa, ideológica, estética, cognoscitiva, hedonista. Desde esta última posición se planteará la definición de educación artística entendido como “el proceso socialmente orientado a la creación y desarrollo de una actitud crítica ante el arte, sobre la base de la comprensión, apreciación, valoración y creación de la belleza en el arte, como resultado de los conocimientos artísticos adquiridos”. (Cook, L. 2002).
Es importante subrayar que la destino de la Educación Artística en el medio educativo en la redes de escuelas de enseñanza general no radica en conformar un espacio para formar artista o especialistas en la materia, para eso se encuentran las instituciones especializadas, en ella solo debe brindarse el conocimiento sobre apreciación y creación, que contribuya a expresarse y comunicarse.
Lo que si puede afirmarse es que la actividad creativa se relaciona directamente con la variedad y la riqueza de la experiencia acumulada.[5]
Conclusiones
En la filosofía de la Educación por el Arte no se pretende formar artistas profesionales, sino formar un pueblo que practique y disfrute actividades artísticas, hechos creativos, o sea reivindicar los lenguajes artísticos como formas estéticas de comunicación entre los hombres. (Stokoe, 1990).
Desde esta óptica llegamos a la conclusión que es necesario ampliar la experiencia del niño si queremos brindarle una sólida base para su actividad creativa[6].
La Educación Artística, además de ser vital para la generación de la sensibilidad estética y el cultivo del espíritu crítico, favorece el desarrollo motor, cognitivo y emocional de los individuos, constituye una útil herramienta para trabajar la autoestima de los estudiantes y va a ser uno de los fundamentos de la necesaria creatividad que el desarrollo económico social va a demandar a las generaciones futuras.
Bibliográficas
[1] Huyghe; R: “El arte y el hombre” Planeta Barcelona 1977, Pág. 27
[2] Read, Herbet: Poeta inglés, considerado un experto en Filosofía del Arte, ha derivado sus estudios hacia otros campos como el de la Educación, la Sociología, y la Historia de la Cultura.
[3] Eminente investigador del área de la cultura y el arte.
[4] Nora Ros. El lenguaje artístico, la educación y la creación. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653). Argentina. Pág. 2
[5] Vigotsky, en la obra “La Imaginación y el Arte en la Infancia” plantea cuatro tipo de vinculaciones: la primera, la relación experiencia acumulada y la creación, la segunda, la realidad y productos de la fantasía, la tercera enlace emocional (los sentimientos influyen en la imaginación – la imaginación influye en los sentimientos) y la cuarta la fantasía algo completamente nuevo, no existente en la experiencia del hombre.